Blog Home / Cerveza Artesanal / Cerveza y música, un dúo que potencia nuestras percepciones

Cerveza y música, un dúo que potencia nuestras percepciones

cerveza y música

Hay sociedades que nacieron destinadas para estar juntas. Pese a que el origen de sus componentes hayan sido totalmente diferentes, el tiempo supo acomodarlos en su lugar. Bueno, con la cerveza y la música pasó eso. La música se convirtió en el estímulo perfecto que potenció los sabores y los aromas de la cerveza.

Esta experiencia sensorial la solemos transitar nosotros, los amantes de la cerveza artesanal, al darnos cuenta que el entorno mejora a partir de la compañía de la música. Y este vínculo se fortalece aún más en la compañía de una Kross 110 o una Kross 18, dos estilos hechos para la música.

Cerveza y música: la robustez de la Kross 110

Para entender el tipo de relación que guarda cada cerveza artesanal con la música debemos entender cuáles son sus principales características.

Por eso diremos, en primer lugar, que se llama K110 porque durante su proceso productivo hervimos el mosto durante 110 minutos, casi el doble del método tradicional. Esto le brinda mayor complejidad, cuerpo y graduación alcohólica (8,5º) a nuestra bebida, que además cuenta con toques de chocolate y caramelo.

Cerveza y música, un dúo inseparable

Estas características convierten a esta Scotch Ale fuerte, de color marrón oscuro y con un índice de amargor de 20, en una compañera ideal para las frías jornadas de invierno -de hecho se sirve entre 10 y 12ºC-.

Y debido a su robustez, intensidad y complejidad, nuestro paladar logrará apreciarla con mayor exactitud mientras suena un jazz, folk o la elegancia de un blues de fondo.

La complejidad de la Kross 18

La siguiente será otra de las cervezas artesanales que están relacionadas con el invierno porque mantiene varias características de la K110.

La Kross 18 se creó en conmemoración a nuestros 18 años de vida. Esta cerveza de color castaño posee un poco más de graduación alcohólica que la anterior (8,9°), un IBU de 25 y una porción de la misma la maduramos en barricas de Carmeneré de Márques de Casa Concha por casi nueve meses.

Nos inspiramos en el clásico estilo Belgian Strong Ale y en el vino chileno, logrando una cerveza compleja, pero con una acidez y un final muy equilibrado y elegante. Se sirve a la misma temperatura que la K110 (10-12°C) y, al igual que ella, puedes maridarla con carnes rojas a la parrilla, quesos maduros y postres de chocolate.

¿Y su complemento musical? Al tener una robustez y cuerpo similar a la Kross 110, la experiencia sensorial será potenciada con jazz, blues o un rock and roll si queremos contrastar sus notas ácidas.

Cerveza y música: un estudio que respaldó la unión

Más allá de la influencia de los factores, entre aromas y sabores, la relación de la cerveza y la música es tan interesante como sorprendente.

Uno de los responsables de establecerla fue Jerry H. Dendermonde, un químico estadounidense, quien se dio cuenta que las cervezas de los bares ubicados debajo de las vías del tren tenían un proceso de fermentación reducido. Entonces reemplazó las vibraciones del tren por música y comprobó que las levaduras aceleran su actividad al ser sometidas a una vibración continua. Además, éstas cambian los resultados de la fermentación.

A lo largo de todo su proceso de descubrimiento, Dendermonde sometió en una de sus pruebas a una Belgian Strong Ale -como la K18- con resultados no tan destacados. Lo que finalmente comprobó fue que los ritmos como el folk favorecían a todas las levaduras, contra el metal estridente que afectó la fermentación de la mayoría de las cervezas.

Está claro que escuchar música impactará directamente en nuestro estado de ánimo. Pero si sabes complementarlo con cualquiera de nuestras cervezas, tu experiencia será increíble y siempre tendrás un motivo para brindar. Recuerda que puedes ingresar a nuestra tienda online y también visitar nuestros Kross Bar, una oferta difícil de rechazar para que disfrutes de la mejor cerveza, música y gastronomía.